Mis pequeñines

martes, 20 de marzo de 2012

Puede ser que un día leas esto y me arrepienta de haberlo escrito, pero aquí voy…




  ¿Te acuerdas cómo comenzó? Una simple amistad. No había ningún interés. Ambos queríamos a otras personas para ese momento. Pero a medida que fue pasando el tiempo, noté en ti cosas bellas, tanto físicas como emocionales. Me gustaban tus manos suaves, todos tus lunares, tu voz, tu sonrisa, el hecho de que podíamos hablar sobre cualquier tema todo el día, y nunca me cansaba… Y por mas horrible que la haya pasado, siempre lograbas sacarme una sonrisa con tus ocurrencias y anécdotas. Poco a poco, vi como me iba enamorando. Aquella persona que pensaba que quería fue formando solo parte de mis recuerdos y tú ocupaste el primer lugar en mi mente. Tú, tú, tú. Día y noche tú.  Vi que lo único que me hacía falta para ser feliz era tenerte por siempre a mi lado. Luego de varios meses de tener un sentimiento tan puro en mi interior, tomé el coraje para confesarte lo que sentía… Y aunque el sentimiento no era mutuo, no importaba. Me gustaba quererte. Pero todo ha cambiado… Ya no eres la misma persona. Siempre pasa, es horrible, ¿no crees? Las personas cambian. Ante tus propios ojos van cambiando. Aveces para bien, aveces para mal… Por mi parte, aquí solamente salí perdiendo yo. Ya ni me diriges la mirada.. Tengo tantas emociones guardadas y no sé qué hacer con ellas. Ya tienes quien te haga feliz, sé que ahora me toca a mi. Pero ahí esta el problema, mi felicidad eres tú. Desde el principio fuiste tú. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario