Mis pequeñines

sábado, 22 de diciembre de 2012

Tarde de reconciliación.

Tumbada en la cama de tu cuarto pensando en la tarde que has pasado, rememorando todas las escenas....

Estábais en casa, en tu cuarto, y decidís ver una peli, porque no hace tiempo para salir. Ponéis una de risa y todo empieza bien, como siempre. Lo que hace diferente esta tarde es que hacía mucho que no os veíais y hacía poco tuvisteis bronca, y el ambiente estaba algo frío. Decides regular la temperatura con los juegos de coqueteo, con el plan de os mordéis el cuello, las orejas, que si abrazos... Y decides arriesgar, decides darle un beso. No en la mejilla, en los labios. No sabes cómo va a reaccionar, si se va a echar atrás o va a aparte... Y te sorprende que él sigue, te besa y va a más. Dejas a un lado el ordenador y seguís dándole a la bola. Empezáis a quitaros la ropa que sobra y os metéis dentro de la cama.

Recordando lo que pasa, abrazas a la almohada y aspiras el aroma de su piel, y sigues pensando...

Al terminar de hacer el amor, te da un beso delicado el la frente, barbilla y labios. Era la tarde de reconciliación y las diversas emociones te agolpan en tu cuerpo y no sabes cómo sentirte. Y sólo se define así, una dulce felicidad.




1 comentario:

  1. muy muy bonita!! y positiva, es importantísimo, ademas escribes como muy fresco, mola demasiado sigue asii!

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