Mis pequeñines

miércoles, 20 de febrero de 2013

Ella...

Amor, odio, alegría, tristeza. Una composición, muchos sentimientos. Dejarse la voz, alzar las manos, mover el cuerpo. Acompañante de aventuras, de amo, de diversión, incluso de la muerte. Ella te levanta, te anima, te ayuda a ser más fuerte; aunque a veces te intenta hundir, creyendo que es lo que necesitas antes de abrir los ojos con más claros, sin nubes de por medio. Una vida sin ella lo compararías con cinco minutos sin respiración; es la marca de la cocaína que te gusta esnifar, es tu vida. Naciste y, a los pocos días, ya sabías de su existencia; quizá, cuando abandones este mundo, ella será la última que te haya hablado. No, no te equivoques, no es persona, es Ella. Ella, quien viaja por el viento y hace que los árboles se muevan en armonía; ella, que puede vestir y hablar de muchas maneras, sin tener nada claro; ella, quien te acompaña en tus viajes y en tu soledad; quien nunca falla, quien hace presencia hasta en tu boda. Ella, a quien muchos de los grandes han hecho mítica; ella, quien tiene lugar en cualquier parte, incluso tu mente.

¿Sigues sin saber quién es Ella?
Ella, simplemente, se llama...
Música.


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